15.10.08

Juan Cristóbal Peña, “La sangre de un poeta”


Juan Cristóbal Peña periodista chileno, ha trabajado en los diarios La Nación, El Mercurio, La Hora y La Tercera, y colaborado para la versión chilena de Rolling Stones, revista a la cual escribe el reportaje sobre la muerte del cantautor chileno Víctor Jara (leyenda chilena), la historia se publica en el 2003 conmemoración de los 30 años del asesinato de Jara y la dictadura chilena, en el momento de su publicación dos procesos judiciales contra los posibles asesinos de Jara seguían vigentes.

Antes de hablar del reportaje es necesario hablar de Jara “el cantante con pólvora revolucionaria” (por si acaso alguien no sepa quien es). Víctor Jara fue el líder de un movimiento musical que identificó al gobierno de Salvador Allende, y los movimientos socialistas de la época, los cuales fueron eliminados muy drásticamente con la dictadura militar, a Jara lo asesinaron cinco días después del golpe de Estado, fue encontrado con 44 balazos en el cuerpo.

El reportaje comienza como una especie de crónica, llevando al lector al Estadio de Chile el miércoles 12 de septiembre de 1973. Por medio de testimonios de sobrevivientes quienes relatan los últimos días de vida de Víctor Jara. El autor nos transporta inmediatamente a la desesperación, el dolor y miedo de los que vivieron los detenidos.

A medida que la historia avanza esta se entrelaza con una entrevista a Amanda Jara, la única hija del cantautor, quien muy rara vez concede entrevistas y prefiere estar alejada del activismo político que lleva su madre Joan. Amanda se refiere a su padre como “el Víctor”, ella prefiere recordarlo y quererlo como un simple ser humano y no un icono de injusticia.

Peña cuenta la historia dividiendo el relato en los últimos días de vida de Jara. Por medio de los testimonios vemos como Víctor Jara fue maltratado, insultado, golpeado y la solidaridad del resto de detenidos que quisieron ayudarlo. En un momento del sábado 15 de septiembre del 73, los reclusos pudieron escribir notas a sus familias y enviarlas con compañeros que iba a ser liberados, es ahí cuando Jara escribe sus últimos versos:

¡Canto qué mal me sales
Cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo,
Como el que muero, espanto.
Lo que veo nunca ví,
Lo que he sentido y lo que siento
Hará brotar el momento…

No hay testigos del momento del asesinato de Víctor Jara, pero si relatos de cómo algunos pudieron ver su cuerpo agujereado al final de un pasillo interno del Estadio.

Después de varios testimonios de testigos, de forenses y de la propia Joan Jara (esposa de Víctor) Peña nos cuenta un poco sobre la lucha de Joan por justicia, de cómo la historia hizo de Jara un icono revolucionario de la historia chilena. El reportaje llega a su final con reflexiones de Amanda (la hija) sobre que hubiera sucedido si su papa siguiera vivo, y termina diciendo “los que lo mataron cometieron un error, son tan imbéciles que no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo, ahora Víctor es mucho más grande”

Como reflexión personal puedo añadir que el reportaje es muy bueno, me causo un sin numero de emociones al leerlo, el autor abarco todos los ángulos de la historia tanto noticiosos como emotivos, es más le recomiendo a mis compañeras que lo lean completo, una historia que debe ser leída.

3 comentarios:

UCSG dijo...

Los años 70 se caracterizaron por las dictaduras especialmente en AMérica Latina, y por las atrocidades que se cometieron. Trabajos como el de Juan Cristóbal Peña, permite a los miembros de las nuevas generaciones, conocer el pasado, y evitar de esta forma que se repitan en el futuro. En esta ocasión, un artista se convierte en ícono. Esta entrada hace nos invita a leer todo el artículo del periodista chileno.

Anónimo dijo...

Pues si miss la verdad que es gracias a estos reportajes que podemos saboraer un poco las amargas vivencias, que no se deben repetir jamar!, es mas ahora estoy leyendo el otro articulo sobre la guerra de las Malvinas en Argentina, muy bueno!!!

ya despues vendrá mi post de ese reportaje!, le agradezco que nos haya dado estos reportajes estan muy buenos!

TheNowhereGirl_ dijo...

Es verdad lo que comentó la hija de Jara, lo único que logran al matar a una persona revolucionaria es engrandecer más su nombre. el Che Guevara, Allende y el hombre más grande de la historia Jesucrito fueron asesinados de la peor manera y sus nombres siguen vigentes hasta el día de hoy, mientras que los de sus asesinos no son recordados y si lo son, pues son repudiados y no se les da ningún mérito.

Ojalá que episodios como este no se vuelvan a repetir, todos somo libres de expresar nuestros ideales sin tener miedo a una represalia.